Adiós a mi ovario
Antes de empezar con la quimioterapia hay una cosa que necesito hacer: Congelar mi ovario. Tengo 34 años, no tengo descendencia, tengo pocos óvulos (el ginecólogo me dijo a principios de año que mi útero parecía de 40 años) y un mioma en el útero que me dificultaría ser madre en el caso que quiera serlo. Si empiezo con la quimio entonces ya pasaría de dificultad a realidad. No tendré posibilidades de ser madre (y quizá otro ginecólogo se atrevería a decir que mi útero parecerá de 50 después de la quimio).
Después de muchas valoraciones se optó por la congelación ovárica. En Noruega es ilegal congelar óvulos, pero completamente legal congelar un ovario. Así que allí voy. Me voy a Oslo para que me quiten el ovario izquierdo (es el que produce más óvulos. El derecho apenas si tiene 4 mientras que el izquierdo ha producido 6-7 óvulos).
Me inflan de gas me hacen tres agujerillos y ya está. Se llevan en taxi mi ovario de Ullevål hospital a Rikshospital, donde esperará por mi. Eso me gustaría creer, pero la verdad es que en tres meses mi ovario podría terminar en la basura. Si el resultado del test genético es positivo entonces no hay razón para que sigan congelando mi ovario. Y tampoco habrá motivo para que mantenga el ovario derecho. Ambos deberán de abandonar mi cuerpo. Al igual que mis dos pechos. Así reduzco posibilidades de volver a tener cáncer.
Bueno, eso es algo que se sabrá en tres meses. Por lo pronto, tengo un ovario que es más joven que yo. Que mientras yo envejezco él está ahí congelado (estará solo o con más ovarios? o espermas?), manteniendo su juventud a bajo cero.
