top of page

Las uñas del verano

Mientras mucha gente está pensando en conseguir el cuerpo del verano, yo solo pienso en las uñas del verano. Esas también importan después del cáncer.


Fue un verano (2014) cuando me enteré que tenía cáncer. Y desde hace dos veranos que tengo que mostrar un cuerpo mutilado. Un cuerpo libre de las células cancerígenas. Un cuerpo que muy pronto estará totalmente libre de la quimio. Creo que nadie te dice lo agresivo que es este tratamiento. Aunque la palabra quimio suena fuerte quizá mucha gente solo lo asocia a la pérdida del pelo. A quedarte calva. Sin cejas. Ni pestañas. Ni ningún otro pelo en tu cuerpo. Ni siquiera esos pequeñitos con los que se te pone la piel de gallina. Ya no puedes decir se me pone los pelos de punta porque no tienes pelo. Pues eso, que la quimio se asocia a la pérdida del pelo.


Recuerdo perfectamente el día que dije: siento como si mi pelo se ha muerto. Ahora diréis: es que el pelo son células muertas. Quizá lo que tendría que haber dicho es que los folículos que crean el pelo se habían muerto. Más que muerto lo correcto sería decir: se habían detenido. Pero yo sentía la muerte. Esa sensación llegó apenas después de la primera quimio. ¡De la primera quimio y tuve 16! Quimios después me veo diciendo: siento como si mis uñas se han muerto. No sabría explicar cómo se siente que algo está muerto en tu cuerpo. Es una sensación indescriptible. Lo tocas y sientes que es algo que alguien ha puesto, que no está unido a ti. Como si estuviera superpuesto, como si se fuera a salir, caer o despegar. Sentí la muerte de mis uñas y al poco cambiaron de color. Las uñas del pie empezaron a sangrarme como solo lo hace el desprendimiento. Desde entonces iba con los pies cubiertos y si me atrevía a mostrarlos tenía que ser pintados de rojos por esto de disimular la sangre.


Pero todo eso ha quedado atrás. Este verano (2017) voy a mostrar uñas nuevas. Sí, vuelvo a tener las mismas uñas que tenía antes del tratamiento. Poco a poco han vuelto a crecer y a recuperar su color. Las siento mías, unidas a mi, parte de mi. Tienen un color rosa que representa vida. No sabéis lo feliz que me hace. Volver a tener pelo me hizo feliz, volver a tener uñas me hace feliz. La felicidad está en las cosas pequeñas. En eso pensé cuando whatsapeé con una chica sobre nuestros planes del verano. "Me voy a hacer una pedicure", decía su texto. "Eso. ¡Hay que mostrar las pies! ¡No hay motivos para esconderlos por más tiempo! Los pobres se merecen tomar el aire", respondí con una carita guiñando el ojo. "Me voy a comprar unas sandalias bonitas", respondió con mujeres de vestido rojo largo bailando. Mientras nos escribíamos pensé que quizá la gente no entendería la pasión con la que hablábamos de nuestros pies. Unos simples pies. Pero para nosotras es el símbolo del verano. Son los pies del verano. Digo más: ¡Las uñas del verano! La fiesta que hacemos son por las uñas del verano. Esas pequeñas partes del cuerpo a la que no prestamos mucha atención pero que para quienes nos hemos visto afectado por su muerte y resurrección debido a la quimio nos emociona y nos llena de alegría. Como dicen los clichés: las pequeñas cosas son las que dan significado a nuestra vida. ¡Disfrútalas! Disfruta de tus uñas, de tu pelo, de tus pliegues. De lo que hace parte de tu cuerpo del verano....y del invierno y de la primavera. Tu cuerpo es hermoso. ¡Disfrútalo!

Featured Posts 
Recent Posts 
Find Me On
  • Facebook Long Shadow
  • Twitter Long Shadow
  • YouTube Long Shadow
  • Instagram Long Shadow
Serach By Tags
No tags yet.
bottom of page