top of page
Search

Caras vemos enfermedades no sabemos

  • periodista2014
  • Oct 17, 2015
  • 4 min read

Reflexión (Foto:Jeanette Mauricio)

“No te pregunto nada porque te ves bien”, me dijo. Esa frase me tomó por sorpresa, no me gustó pero no supe bien por qué. ¿Qué es lo que escondía esa frase?


Estaba una poco enfadada con esa frase que me dijeron hace dos semanas. Pero esta semana lo veo todo distinto. Llevo toda esta semana con catarro. Se me escucha en la voz y se me ve en la cara. Quizá todavía esa es la idea que tenemos de las enfermedades: son algo que vemos, que se nota en el cara, en la voz o cuando caminas (un dolor de espalda o de cuello se ve claramente). Pero actualmente hay enfermedades que no tienen nada que ver con cómo nos vemos. Se puede ser super delgada, gruesa o normal y tener anorexia, puedes ver a una persona bien arreglada pero quizá sufra de depresión o ansiedad. No lo sabemos. Las enfermedades ya no se pueden medir por nuestra apariencia. Yo no me veía mal cuando tenía cáncer. Yo no me dejé de ver bien cuando tenía cáncer. Empecé a verme distinta cuando empecé con el tratamiento. Un tratamiento que era para curarme.


Cuando tenía cáncer yo era una mujer normal como cualquiera con la que te cruzas en el super. Una aficionada a las ensaladas, que prepara cenas para amistades de vez en cuando, a la que le encanta el wisky sour, quien toma smothies y prueba todo tipos de tés, quien disfruta tanto de la carne y pescado como de días sin ellos. Nadie sabía que yo estaba enferma entonces. Ni yo lo sabía. Cualquier diría que se me veía bien. “No te pregunto nada porque te ves bien”, me dijo y me hizo darle vueltas a la cabeza. ¿Qué significa “verse bien”?


Del 25 al 27 de septiembre hubo un encuentro anual de mujeres con cáncer de pecho menores de 40 años aquí en Noruega. Éramos tan distintas. Las había de todos los tipos. Si hay que seguir las categorías diría que estaban las deportistas, ejecutivas, rockeras, casual, las alegres, las reservadas, y la lista sigue. Todas radiantes. Unas pocas con peluca, la mayoría ya habían terminado el tratamiento. Recuerdo que una de ellas contó que la gente no la entendía y que eso era frustrante. “No sé cómo explicarlo. Puedo estar dos días contenta y me río con la gente pero el tercer día no me puedo levantar de la cama, es que no tengo fuerzas. ¿Cómo voy a trabajar así? La gente no lo entiende”, dice una mujer robusta alta, con el pelo negro corto y toda la ropa de negro también. “La gente no lo entiende”, dice y yo la entiendo. Todas las que estuvimos allí la entendimos. ¿Por qué juzgamos según la apariencia? Y me incluyo en la lista. El primer día del encuentro vi a una mujer joven con unos megapechos super arreglada. Yo me preguntaba cómo había llevado ella el cáncer. Ella no tuvo cáncer sino los genes del cáncer. Le hicieron una doble mastectomía por prevención (varias mujeres en su familia habían muerto por el cáncer). Fueron cuatro operaciones en total y aún sus pechos no han quedado bien. Ella dice que lo peor es explicarle a sus hijos, sobre todo a su hija. ¿Cómo se le explica a una niña que mamá tiene unos genes que pueden convertirse en cáncer? ¿Qué por eso se opera? ¿Qué puede pensar una niña sobre los genes de mamá, que son los genes que ella también tiene? Me pareció horrible y doloroso. Si alguien ve a esa mujer en el bus, como la vi yo, super alegre, bien vestida y con la broma fácil nadie se imagina por lo que está pasando. Nadie se imagina que aún le cuesta mover los brazos y que aún le queda una operación más.

“No te pregunto nada porque te ves bien”, dijo y yo solo sonreí. ¿Cuántas veces no habré pensado yo lo mismo? “Caras vemos corazones no sabemos”, dice la frase. Ahora yo me digo “caras vemos enfermedades no sabemos”. Cuando estuve en el encuentro anual todas sonreían y te contaban sus historias. Era un lugar donde todas nos entendíamos porque sabíamos qué quería decir la otra, porque hemos compartido frustración, alegrías y aún tenemos dudas y temores. Algunas contaron cómo al cabo de un par de años de haber terminado con el tratamiento el cáncer volvió, a otras fue en forma de metástasis. Nadie sabe por lo que está pasando la otra. Al menos no lo sabremos si solo nos dejamos llevar por las apariencias. Yo me veo bien y me siento bien, pero eso no significa que mi cuerpo ya esté sano, limpio de tanto químico y que haya desterrado al cáncer. Aún sigo con sequedad en los ojos, en la piel, en la boca, sigo cansada, con los bochornos y amenorrea, tengo problemas de concentración. Pero una se acostumbra y vive como puede. Acabo de tener mi primer control y me han mandado a hacer pruebas para ver si el cáncer me ha vuelto a visitar. Estoy nerviosa. Mucho. Pero intento seguir con cada día. "No hay que dejar de sonreír", me digo. Durante el encuentro vi la sonrisa de todas esas mujeres que han pasado por lo mismo que yo. Las tengo dentro de mí. Mujeres que no dejaron de sonreír, incluso cuando contaban cosas dolorosas. “No te pregunto nada por que te ves bien”, dijo y sin saberlo me estaba dando una enseñanza. Es peligroso juzgar a alguien por su apariencia, nadie sabe los fantasmas que ésta lleva dentro.

 
 
 

Comments


Featured Posts 
Recent Posts 
Find Me On
  • Facebook Long Shadow
  • Twitter Long Shadow
  • YouTube Long Shadow
  • Instagram Long Shadow
Serach By Tags

© 2023 by Make Some Noise. Proudly created with Wix.com

  • Facebook Clean Grey
  • Instagram Clean Grey
  • Twitter Clean Grey
  • YouTube Clean Grey
bottom of page